Santiago, declarado Pueblo Mágico en 2006, combina un casco histórico con arquitectura colonial (siglos XVII‑XIX) y espectaculares escenarios naturales: presas, cascadas (Cola de Caballo, Chipitín), cañones (Matacanes, Hidrofobia), y montañas de la Sierra Madre Oriental. El pueblo ofrece oportunidades para capturar texturas de piedra, luces doradas en la plaza y composiciones mixtas de retratos con fondo serrano. El contraste entre entorno urbano y naturaleza lo hace ideal para sesiones variadas y expediciones de paisaje.